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martes, 13 de agosto de 2013

Los animales salvajes están transmitiendo la enfermedad del sueño en África

Imagen de Glossina morsitans, mosca Tse-Tse. Por Alan R Walker, via Wikimedia Commons

Una enfermedad bastante conocida y contra la que se lleva luchando mucho tiempo es la enfermedad del sueño. Se trata de una infección provocada por protozoos, pequeños animales unicelulares, del género Trypanosoma. Hasta ahora, la lucha contra esta enfermedad se centraba en evitar los contagios entre humanos. Pero según un estudio reciente esta estrategia no es suficiente, ya que los animales salvajes pueden pasar la enfermedad a los seres humanos.
La forma en que los tripanosomas llegan a los humanos se conoce desde hace mucho tiempo. Utilizan a un animal como vector, que transporta el parásito desde una persona infectada hasta otra sin sufrir las consecuencias. En este caso, el vector es la conocida como mosca tse-tse (género Glossina). En realidad se trata de mosquitos, que al absorber sangre de una persona infectada también cogen protozoos, y los inyectan con la siguiente picadura.

Al estudiar con detalle los planes de erradicación de la enfermedad, los científicos se encontraron con un hecho difícil de explicar. En regiones donde no existían casos de enfermedad del sueño esta dolencia estaba volviendo a aparecer. Si la infección pasaba de persona a persona, utilizando como transporte a la mosca tse-tse, esto no era posible. Las distancias que pueden recorrer estos insectos no son tan grandes como para explicar el resurgimiento.
Había aún otro hecho que no se conseguía explicar. En zonas de reserva de fauna, en las que las poblaciones humanas entraban en contacto más directo con animales salvajes, la enfermedad estaba rebrotando con fuerza. Esto, a pesar de no existir casos de humanos infectados desde hace mucho tiempo.
Por tanto, algo fallaba en la explicación oficial. Analizando datos de distintas campañas de búsqueda y tratamiento de la enfermedad, dieron con la respuesta. Distintas especies de fauna salvaje servían como reservorio de la enfermedad, hospedando al parásito. Cuando entraban en contacto con la mosca tse-tse, esta volvía a ejercer de vector. En este caso, entre especies.

La razón por la que no se había detectado este factor hasta ahora es porque se pensaba que ambas dolencias, la enfermedad del sueño en humanos y la de los animales, estaban provocadas por agentes infecciosos distintos. Es decir, aunque la enfermedad diese los mismos síntomas en humanos y animales, unos no podían transmitirle la enfermedad a los otros.
Gracias a este estudio ha cambiado la manera en la que se entiende la enfermedad, y por lo tanto la manera de tratarla. Las nuevas estrategias de control de la enfermedad pasarán por tratar las infecciones tanto en humanos como en animales salvajes, y se pondrá especial cuidado en las zonas de reserva. Con ello, se espera poder reducir el número de casos, o incluso hacerlos desaparecer en regiones amplias.

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