Las distintas operaciones de búsqueda impulsadas por el alcalde de
Irsee, Andreas Lieb, no han dado fruto hasta ahora, mientras cientos de
curiosos siguen desde el pasado fin de semana el rastreo de la zona en
busca del "monstruo del lago", como le denominan algunos medios locales.
El estanque donde ocurrió la agresión quedó el lunes convertido en un
paisaje de lodo, tras decidir Lieb que se vaciara de agua el lago tras
abrir las compuertas de canalizaciones vecinas, previo traslado de los
peces a otro recinto acuático.
Fue una operación muy mediática, como todo lo que envuelve al animal
al que nadie en realidad ha visto, pero que se considera debe ser una
tortuga de esa especie y a la que los medios locales han bautizado como
"Lotti".
La única certeza es la identidad del atacado, un niño de ocho años, que sufrió el terrible mordisco.
A partir de ahí se ha deducido, por el tamaño de la herida, que debe
tratarse de una tortuga-lagarto con un caparazón de unos 40 centímetros y
unos 14 kilos de peso.
La exportación y venta de estos reptiles está prohibida en Alemania
desde 1999 y se considera que probablemente se trata de una de las
40.000 mascotas que anualmente son abandonadas por sus dueños,
coincidiendo con las vacaciones.
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