Las heridas por peleas durante la adolescencia pueden reducir el CI
¿Recuerdas
a Nelson de los Simpsons? No es el típico "empollón" sino más bien el
matón del colegio ¿verdad? Pues bien, ambas afirmaciones podrían estar
íntimamente relacionadas según un nuevo estudio realizado por
investigadores de la Universidad Estatal de Florida (FSU), EE.UU.
Según este revelador estudio, aquellos adolescentes que resultaron heridos en dos peleas a lo largo del tiempo que pasaron en el instituto, sufrieron por ello una pérdida en el cociente intelectual (CI) que es aproximadamente equivalente al que provocaría la pérdida de un año completo de escuela.
¿Sorprendido? Pues la cosa es peor si eres mujer, en ese caso bastaría con que hubieras resultado herida tras una única pelea para experimentar una pérdida similar de CI.
Más allá de la desventaja formativa que algo así supondrá en el
competitivo mundo laboral, una vez que esos adolescentes se hagan
adultos, los investigadores creen que el hallazgo tiene otras connotaciones negativas relacionadas con la posterior aparición de trastornos mentales, problemas de comportamiento e incluso con la esperanza de vida.
En palabras de Joseph A. Schwartz, estudiante de doctorado y encargado de realizar el estudio en colaboración con el profesor Kevin Beaver,
del Colegio de Criminología y Justicia Criminal de la FSU: "Que el
hecho de resultar seriamente herido tenga repercusiones negativas no es
ninguna sorpresa, pero la extensión de los efectos que dichas heridas
tienen sobre la inteligencia si resultan bastante sorprendentes".
El trabajo se publicó en la revista Journal of Adolescent Health
y es uno de los primeros en investigar los efectos a largo plazo que
tienen las peleas durante la adolescencia, un periódo crítico en el
desarrollo neurológico. Según cifras manejadas por los investigadores
autores del estudio, un 4% de los alumnos de instituto resultan heridos cada año en los Estados Unidos de América.
Para su estudio, Schwartz y Beaver emplearon datos recopilados entre
los años 1994 y 2002 para un estudio a nivel nacional sobre la salud de
los adolescentes, cuya intención era examinar si las heridas de cierta
gravedad relacionadas con las peleas en el instituto afectaban al CI en
un rango temporal de 5 a 6 años.
Este estudio longitudinal comenzó con una muestra representativa de 20.000 estudiantes
estadounidenses de instituto, a los que se siguió hasta que alcanzaron
la edad adulta a través de varias oleadas de recolección de datos. En
cada oleada, los participantes contestaban a preguntas relacionadas con
una amplia variedad de asuntos, entre los que se incluían algunas sobre
rasgos de la personalidad, relaciones sociales y la frecuencia de
ciertos comportamientos específicos.
Una de las conclusiones sorprendentes es que a pesar de que los
chicos - como era de prever - sufrían un número mayor de heridas por
peleas, sus consecuencias no eran en cambio tan graves como en el caso
de las chicas, un hecho que los investigadores atribuyeron a las diferencias fisiológicas que dan a los hombres más capacidad para soportar los traumas físicos.
Según el trabajo, cada herida relacionada con una pelea producía una pérdida de CI de 1,62 puntos en los chicos, mientras que en las chicas la pérdida era de 3,02 puntos.
Estudios anteriores habían establecido la pérdida de CI que provocaba
la no asistencia a las clases durante un año escolar entre los 2 y los 4
puntos.
El impacto en el CI era incluso mayor cuando se tomaban en
consideración únicamente las heridas producidas en la cabeza, pero para
el estudio se tuvieron en cuenta toda clase de heridas físicas.
Los hallazgos obtenidos de este estudio subrayan la importancia de las políticas de control sobre adolescentes
que se llevan a cabo tanto en colegios como en otra clase de
comunidades. Parece cada vez más claro que los traumas que nos suceden
durante la adolescencia (ya sean peleas, acoso escolar, e incluso
deportes de contacto) afectan al resto de nuestra vida.
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