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sábado, 10 de agosto de 2013


Encuentran una bacteria en la Tierra que vive a la misma temperatura que hay en Marte


Una de las ramas de la ciencia más curiosas es la Astrobiología. Se trata de la disciplina que estudia la posible existencia de vida fuera de nuestro planeta. Por una parte se dedica activamente a buscar indicios de organismos en sitios como Marte o las lunas de Saturno. Pero a lo que dedica mayores esfuerzos es a estudiar cuáles son las condiciones en las que vivirían esos organismos extraterrestres, y buscar equivalentes en nuestro planeta.
Estos estudios tienen, en ocasiones, algunos éxitos. Como ejemplo de ello tenemos una publicación reciente en la que se describe una especie de bacterias que son capaces de vivir a temperaturas similares a las que habría en la superficie de ciertos planetas. Y gracias a ellas tenemos una idea de cuáles serían las adaptaciones que serían necesarias para sobrevivir en estas condiciones.
La especie en concreto se denomina Planococcus halocryophylus OR1. Y su hábitat natural es uno de los más extremos conocidos, la isla de Ellesmere en el ártico canadiense. La temperatura media de esta isla es de -15ºC, muy parecida a la que se puede encontrar en la superficie de Marte.

Pero ¿cómo es capaz de vivir allí? Desde hace mucho tiempo, en biología se tiene claro cuál es la condición indispensable para que exista vida. Si no hay agua líquida, la maquinaria de cualquier célula no puede funcionar. Y a temperaturas que se encuentran tan por debajo de cero, no debería haber agua líquida. Salvo que la concentración de sales sea muy alta.
Esto es lo que ocurre en este lugar. La cantidad de sales disueltas en agua es enorme, lo que permite que siga siendo líquida y no se convierta en hielo. Pero esto supone otro problema, ya que si la salinidad es muy elevada resulta mucho más complicada la vida.
Esta especie de bacteria ha sido capaz de adaptarse a ambos factores. Para evitar los problemas por el exceso de sal ha engrosado su pared celular y su estructura interna. También segrega una gran cantidad de proteínas que, al quedarse en su interior, evitan que entre la sal. Pero no sólo eso. También funcionan a modo de anticongelante natural.

Cuando las temperaturas son tan bajas la maquinaria celular se ralentiza dejando de funcionar bien. Así que para poder sobrevivir en un ambiente tan adverso, ha conseguido regular su metabolismo para hacerlo funcionar a ritmos muy lentos.
Los investigadores también han demostrado otra característica importante. En su hábitat natural esta bacteria está contribuyendo al cambio climático. Debido a su metabolismo, libera CO2 que ayuda a aumentar las temperaturas. En la Tierra, esto puede ser un problema. Pero en Marte, o en las lunas de Saturno, puede ser una ventaja y una herramienta. Eso sí, los investigadores imponen un matiz importante: será una ventaja cuando se demuestre que no existe vida de ninguna clase en estos lugares.

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