Pekín, 11 ago (EFE).- Cientos de personas en Shanghái, ciudad del este de China
que vive la peor ola de calor en 140 años (y que ha causado 31 muertos
en la región), han fijado su residencia temporal en el interior del
metro, donde el aire acondicionado les permite olvidar temperaturas de
más de 40 grados en el exterior.
Según relató el diario "Oriental Morning Post", sólo en una parada
del suburbano, la de Xingzhong, en la línea 9, se pudo contar hasta 400
personas que, sentadas en los pasillos de acceso al andén, pasan ahí
gran parte del día, lejos del calor que en la superficie es capaz de
freír carne en el pavimento, como han comprobado varios canales
televisivos locales.
Sentados en cartones y esteras, los shanghaineses que han optado por
esta solución son en su mayoría trabajadores que pasan allí sus
descansos para comer o cenar, o personas de extracción humilde que no
tienen aire acondicionado en sus casas, señaló la web de actualidad y
tendencias "Shanghaiist".
"Muchos vienen para disfrutar de las bajas temperaturas, y con tal de
que se mantenga el orden no haremos nada para evitarlo", señaló un
portavoz del metro shanghainés, quien subrayó que se pide a los nuevos
"habitantes" del suburbano que no fumen, coman o jueguen a las cartas en
los túneles.
No es la primera ciudad china que recurre al subsuelo para huir del
calor: en la cercana Nankín, una de las localidades más calurosas del
país, todos los veranos se abren al público los antiguos refugios
nucleares que se construyeron en los tiempos de la Guerra Fría, para que
los nankineses disfruten de su frescor.
Desde el mes de julio, el este de China no ha bajado de los 35 grados
centígrados, y en una localidad de la región los termómetros han
llegado a marcar 43 grados, el verano más caluroso en la zona desde que
se comenzaron a registrar datos meteorológicos hace 140 años.
Diez personas han fallecido en Shanghái, 15 en la vecina provincia de
Zhejiang y seis en otras divisiones administrativas a causa de golpes
de calor, una cifra que es tres o cuatro veces mayor que la de otras
temporadas.
Las altas temperaturas también afectan a las empresas, aunque esta
semana una fábrica de licor en la región meridional de Guangxi ha
presentado una idea para refrescar los lugares de trabajo que a ella le
ha funcionado: plantar arrozales en su tejado, lo que además de
proporcionar materia prima para sus bebidas le permite ahorrar en
aparatos de aire acondicionado.
En muchas zonas del este del país la ola de calor ha venido
acompañada de una fuerte sequía, lo que hace temer un importante
descenso en la producción y grandes alzas de precios en productos
agrícolas, especialmente el té.
En la provincia de Zhejiang, una de las principales productoras de
esta bebida oriental, la sequía ha afectado a 27.000 hectáreas del área
donde se cultiva la variedad Longjing, la más apreciada por los
entendidos, informó el diario "China Daily".
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